Es aquella en la cual el Jefe del Estado es, al mismo tiempo, jefe del gobierno y reúne, por tanto, los poderes representativos inherentes a la jefatura del Estado y los poderes políticos y administrativos propios de la jefatura del gobierno. Asume el poder por la vía electoral. Ostenta el título de <presidente. Nombra y remueve libremente a los ministros de Estado, que tienen la calidad de secretarios suyos. No existe gabinete como órgano oficial del Estado. No hay primer ministro. Todos los ministros tienen el mismo rango. El Presidente interviene en el proceso de elaboración de las leyes a través de la <iniciativa, la >sanción y la <promulgación de ellas. Rinde cuenta de sus actos ante el parlamento. Y está sometido a un límite de tiempo en el ejercicio de su cargo.
La organización del poder ejecutivo es diferente en el sistema presidencial que en el parlamentario. Esto tiene implicaciones muy importantes en la dinámica general del gobierno. El Presidente de la República, como <jefe del Estado, es el órgano superior de la administración. Todo el aparato burocrático depende de él. La reunión de los ministros no forma una entidad estatal, como en el parlamentarismo, ni constituye un órgano de poder reconocido por la Constitución. El gabinete sólo es una entidad extraoficial del Estado, que en la práctica sirve como mecanismo consultivo del Presidente. Lo que a veces se llama “gabinete” dentro de los sistemas presidenciales es simplemente la reunión de los ministros del presidente, convocada para discutir y dar su opinión sobre algún tema. Tampoco existe Primer Ministro, puesto que todos los ministros tienen el mismo rango de secretarios del Ejecutivo, aunque especializados en las diversas ramas de la administración.
Los Estados Unidos de América realizan el tipo puro de presidencialismo, en el que el Presidente concentra un importante cúmulo de poder, las cámaras son casi exclusivamente órganos de legislación y no tienen contacto con los ministros de Estado, quienes responden de sus actos ante el presidente.