Es, en su sentido político, el acto por el cual los ministros de Estado firman las normas jurídicas, decretos, despachos, órdenes u otros documentos provenientes de la jefatura del Estado y asumen ante el parlamento la responsabilidad que dimana de ellos. Es un mecanismo para transferir las responsabilidades del jefe de Estado a sus ministros, a fin de precautelar la autoridad presidencial o monárquica y la estabilidad pública pero al propio tiempo hacer efectiva la rendición de cuentas de los altos funcionarios del Estado.
La institución del refrendo se originó en Inglaterra cuando el Act of Settlement (1701) obligó a los consejeros del rey a poner su firma en los actos de éste. Costumbre que se mantuvo después de que los consejeros se convirtieron en los ministros de la corona y que nació el gabinete como el órgano en que debían tratarse los asuntos gubernativos que antes se ventilaban en el Consejo Privado del Reino. Desde entonces se acostumbró que los actos del monarca llevasen la firma responsable de un ministro y, en consecuencia, que los ministros del rey quedaran eventualmente sometidos al juicio del parlamento, a través del llamado impeachment, para hacer efectivas sus responsabilidades.
Cuando los consejeros del rey se convirtieron en ministros de la corona y nació el gabinete como el órgano en que debían tratarse los asuntos gubernativos, se estableció la costumbre de que los actos del monarca debían realizarse con la firma responsable de un ministro y se impuso en consecuencia la sumisión de los ministros del rey al juicio del parlamento, a través del llamado impeachment para hacer efectivas sus responsabilidades.
El refrendo sirvió a los fines de la responsabilidad política. A través de él se combinó la irresponsabilidad jurídica del monarca con la responsabilidad de sus consejeros, primero, y después de sus ministros, de modo que a partir del refrendo de los actos monárquicos hay siempre un ministro que responde por ellos ante el parlamento.
En la <monarquía constitucional es especialmente importante el refrendo puesto que el rey es jurídicamente irresponsable, de acuerdo con viejas tradiciones monárquicas, y esa característica debe combinarse con la responsabilidad política de sus ministros ante el parlamento en función de los actos del jefe del Estado que refrenden.
En teoría, un ministro podría negarse a poner su firma en un documento del jefe del Estado. Pero esto es muy poco frecuente porque significaría la dimisión de sus funciones ministeriales. Lo normal es que el ministro refrende todos los actos del jefe del Estado —sea monarca o presidente— y se responsabilice por ellos ante el parlamento.