El químico, ingeniero e industrial sueco Alfred Nobel (1833-1896) fue en 1876 el inventor de la dinamita, que es un explosivo compuesto por nitroglicerina (sustancia explosiva inventada en 1847 por el químico italiano Ascanio Sobrero) impregnada en una base inerte como sílice, yeso, ceniza u otra materia absorbente o en una base activa como carbón, serrín o nitrato de sodio, capaz de potenciar su acción explosiva.
En 1895 Nobel formuló su testamento y dispuso que con las rentas de su enorme fortuna —calculada en ese tiempo en 30 millones de coronas— se financiaran cinco premios para distinguir a quienes hubieran aportado al bienestar de la humanidad con trabajos en el campo de la física, la química, la medicina, la literatura o la búsqueda de la paz.
El testamento de Nobel mandaba: “La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquéllos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad. Dichos intereses se dividirán en cinco partes iguales, que serán repartidas de la siguiente manera: una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o el invento más importante dentro del campo de la Física; una parte a la persona que haya realizado el descubrimiento o mejora más importante dentro de la Química; una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento más importante dentro del campo de la Fisiología y la Medicina; una parte a la persona que haya producido la obra más sobresaliente de tendencia idealista dentro del campo de la Literatura, y una parte a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz. Los premios para la Física y la Química serán otorgados por la Academia Sueca de las Ciencias, el de Fisiología y Medicina será concedido por el Instituto Karolinska de Estocolmo, el de Literatura, por la Academia de Estocolmo, y el de los defensores de la paz por un comité formado por cinco personas elegidas por el Storting (parlamento) noruego. Es mi expreso deseo que, al otorgar estos premios, no se tenga en consideración la nacionalidad de los candidatos, sino que sean los más merecedores los que reciban el premio, sean escandinavos o no”.
Este es el origen de los premios Nobel —que consisten en diploma, medalla de oro y una importante cantidad de dinero— estatuidos para honrar a quienes en cada año hayan prestado servicios relevantes a la humanidad en los campos de las letras y las ciencias.
Años después de la muerte de Alfred Nobel se creó el premio de Economía, que también lleva su nombre.
De modo que los campos en que se concede el Premio Nobel son: Física, Química, Medicina, Literatura, Paz y Economía/Ciencias Sociales.
Atentos los horrores de la guerra y el cinismo de los traficantes de armas, el premio Nobel de la Paz se instituyó para honrar a personas o instituciones que hubierenn consagrado sus esfuerzos a la concordia, a la solidaridad humana y al desarme. Una comisión compuesta por cinco miembros del parlamento de Noruega es la encargada de dirimir en la competencia por este premio. El primero fue adjudicado en 1901 al suizo Jean Henri Dunant y al francés Frédéric Passy y, a lo largo de los años posteriores, a personalidades importantes del mundo, como el presidente norteamericano Woodrow Wilson en 1919 y el físico nuclear alemán Carl von Ossietzky en 1935; Martin Luther King Jr. en 1964 por su lucha en favor de los derechos civiles de los negros en los Estados Unidos; el líder socialdemócrata y canciller de Alemania Federal Willy Brandt, forjador de la >ostpolitik, en 1971; el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger y el jefe de la misión de paz en Vietnam del Norte Le Duc Tho en 1973; Andrei Sakharov, disidente soviético y promotor de los derechos humanos, en 1975; el presidente egipcio Anwar Al-Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin en 1978; la madre Teresa de Calcuta en 1979; Lech Walesa, líder del Sindicato Solidaridad de Polonia, en 1983; Dalai Lama, el conductor espiritual y político del Tíibet en el exilio, en 1989; el presidente soviético Mijail Gorbachov, en 1990, por su aporte a la terminación de la guerra fría; los líderes negro y blanco de Sudáfrica, Nelson Mandela y Frederik de Klerk, en 1993, por la abolición del <apartheid; el primer ministro israelí Isaac Rabin, el ministro de relaciones exteriores de Israel Shimon Peres y Yasser Arafat, jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en 1994, por los acuerdos de paz; los obispos católicos Carlos Belo y José Ramos Horta de Timor Oriental en 1996 por su lucha en favor de los derechos humanos; en 1999 a la organización denominada Médicos sin Fronteras en reconocimiento de su intensa acción humanitaria desplegada en el mundo; en el 2000 al Presidente de Corea del Sur Kim De Dzung por los esfuerzos para la paz y la unificación de la península coreana; a la Organización de las Naciones Unidas y a su secretario general Kofi Annan, por “su trabajo para conseguir un mundo mejor organizado y más pacífico”, en el 2001; al expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, por sus esfuerzos para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, en el 2002; a la abogada musulmana iraní Shirin Ebadi, en el 2003, por la lucha en su país en favor de una interpretación del Corán compatible con los derechos humanos, especialmente con los derechos de las mujeres islámicas; en el 2004 a la política keniata Wangari Maathai —la primera mujer africana en recibir el galardón—, como reconocimiento de su “contribución al desarrollo sustentable, la democracia y la paz”; en el 2005 el premio fue compartido por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su director general, el diplomático egipcio Mohammed El Baradei; el banquero y economista de Bangladesh, Muhammad Yunus, fue el galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el 2006 por su programa de microcréditos en favor de las personas pobres; el exvicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático compartieron el Premio Nobel de la Paz 2007: el primero, por su documental cinematográfico “Una Verdad Incómoda”, que contribuyó a formar conciencia sobre contingencia climática global, y, el segundo, por sus trabajos sobre el calentamiento del planeta. En el 2008 fue galardonado el expresidente de Finlandia, Martti Ahtisaari, por sus mediaciones en conflictos internacionales a lo largo de tres décadas en varios continentes para preservar la paz. En una polémica resolución, que tuvo ecos alrededor del mundo, el Comité Noruego confirió el Premio Nobel de la Paz 2009 al Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, como reconocimiento a sus “esfuerzos extraordinarios para reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”, con especial énfasis en su visión y su trabajo por “un mundo sin armas nucleares”. En el año 2010 fue acreedor a este premio Liu Xiaobo —profesor, escritor, crítico literario, pacifista y disidente político chino—, que en ese momento cumplía una condena de once años de reclusión por haber firmado una carta en la que varios intelectuales pedían la apertura democrática de China. Pero el gobierno de Pekín no permitió que Xiaobo ni su mujer Liu Xia viajasen a Estocolmo a recibir el trofeo, de modo que en la solemne ceremonia efectuada el 10 de diciembre quedó su silla vacía. Estuvieron también ausentes los representantes diplomáticos de China, Rusia, Ucrania, Kazajistán, Túnez, Arabia Saudita, Pakistán, Irak, Irán, Vietnam, Afganistán, Venezuela, Egipto, Sudán, Cuba y Marruecos. Liu se enteró un año después que había sido galardonado con tan importante premio y falleció de su dolencia cancerígena el 13 de julio del 2017 en pleno cumplimiento de su pena de reclusión. En el 2011 compartieron el premio tres mujeres: Ellen Johnson-Sirleaf, Presidenta de Liberia —la primera mujer africana elegida democráticamente—; su compatriota Leymah Gbowee, defensora de los derechos de las mujeres; y la activista yemení de la primavera árabe Tawakkul Karman. La Unión Europea fue galardonada en el año 2012 con el Premio Nobel de la Paz en consideración a sus logros en “el avance de la paz y la reconciliación en Europa” tras la Segunda Guerra Mundial y en la consolidación del respeto a los derechos humanos en el este europeo después de la caída del <Muro de Berlín en 1989. El Premio Nobel de la Paz 2013 fue ganado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) —organismo internacional que colabora con las Naciones Unidas en la eliminación de estas armas de destrucción masiva—, en su vigésimo aniversario de fundación. Para el otorgamiento del premio la Academia sueca invocó “su extenso trabajo y amplios esfuerzos para eliminar las armas químicas”. El Premio Nobel de la Paz 2014 fue adjudicado a la adolescente activista paquistaní Malala Yousafzai —residente en el Reino Unido desde que sufrió un ataque a tiros por un grupo terrorista talibán— y al hindú Kailash Satyarthi, “por su lucha contra la opresión de los niños y los jóvenes y por el derecho de todos los niños a recibir educación”, según expresó el Comité noruego.
Ganó en el 2015 este alto trofeo el Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez por su labor en la construcción de una “democracia plural” en ese país africano, según manifestó el fallo. El Cuarteto estuvo integrado por la Unión General Tunecina de Trabajo, la Confederación de Industria, Comercio y Artesanía, la Liga de Derechos Humanos y la Orden Tunecina de Abogados. El Comité Noruego explicó que la concesión del premio se debió a “su contribución decisiva para la construcción de una democracia plural en Túnez a raíz de la Revolución del Jazmín en 2011”, en un momento “en que el país estaba al borde de la guerra civil” ante las terribles fricciones religiosas y políticas. Entre 376 candidatos, el Premio Nobel recayó en el 2016 sobre Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, en mérito a su constante y empecinado trabajo por alcanzar el “acuerdo de paz histórico firmado por la guerrilla marxista de las FARC”, que se suscribió en La Habana el 26 de septiembre del 2016, desaprobado después por los ciudadanos colombianos en el plebiscito celebrado el domingo 2 de octubre del mismo año, en que el voto “no” obtuvo el 50,2% de la votación contra el 49,7% del “sí”. El presidente del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five, al anunciar la decisión, declaró: “Esperamos que esto aliente a todas las buenas iniciativas y a todos los actores que podrían tener un papel decisivo en el proceso de paz y aportará finalmente la paz a Colombia después de décadas de guerra”. Profecía que se cumplió el 27 de junio del 2017 con el solemne acuerdo de entrega de las armas celebrado entre el gobierno de Colombia y los líderes guerrilleros.
En el año 2021 el Premio Nobel de Economía cayó en tres economistas de una lista de trescientos ventinueve participantes: el canadiense David Card, profesor de Economía de la Universidad de California; el israelí-norteamericano Joshua D. Angrist; y el holandés Guido W. Imbens —profesores del Instituto de Tecnología de Massachusetts— por sus ingentes investigaciones y la utilización de experimentos naturales para explicar los efectos causales de los fenómenos económicos, según lo explicó la Real Academia Sueca de Ciencias.
En diferentes épocas, tanto el gobierno nazi de Alemania como los gobiernos comunistas de la Unión Soviética y de China consideraron que el Premio Nobel de la Paz era una afrenta para sus países. El gobierno de Pekín bloqueó el ingreso al portal del Premio Nobel en internet para que su pueblo no se enterase de que un disidente chino había sido galardonado. Y la forzada ausencia de Liu Xiaobo en la ceremonia de Estocolmo en diciembre del 2010 recordó dos episodios históricos similares: en 1936 Adolfo Hitler prohibió que el pacifista alemán Carl von Ossietzky, fundador del movimiento Nie Wieder Krieg —Nunca más la Guerra—, recluido en un campo de concentración, concurriera a recibir el premio; y en 1975 las autoridades soviéticas hicieron lo mismo con el físico nuclear Andrei Sakharov —quien después abrazó el antimilitarismo—, de modo que fue su mujer Yelena la encargada de pronunciar el discurso de aceptación y recibir el trofeo.
En 1906 se otorgó esta distinción, sin justificación alguna, al presidente Teodoro Roosevelt de los Estados Unidos, uno de los más duros ejecutores de la <doctrina del destino manifiesto por obra de la cual se anexaron territorios del oeste y del sur, a través de compras o de victorias militares, para hacer de los Estados Unidos un país de magnitudes continentales, limitado por los dos océanos.
En lo que a América Latina se refiere, a lo largo de los años el Premio Nobel de la Paz ha sido discernido al costarricense Óscar Arias, al argentino Alfonso Pérez Esquivel y a la guatemalteca Rigoberta Menchú. En 1947 se hizo acreedor de este galardón en medicina el fisiólogo argentino Bernardo Houssay. Y el Premio Nobel de Literatura ha sido otorgado a la chilena Gabriela Mistral, al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, al chileno Pablo Neruda, al colombiano Gabriel García Márquez, al mexicano Octavio Paz y al peruano Mario Vargas Llosa.
En los años 1914 a 1916, 1918, 1923, 1924, 1928, 1932, 1939 a 1943, 1948, 1955, 1956, 1966, 1967 y 1972 se declaró “desierto” el premio Nobel de la Paz porque no se encontraron méritos suficientes en los postulantes. En 1999, ante la posibilidad de que el premio fuera discernido a los disidentes políticos chinos Wei Jingsheng y Wan Dan, exiliados en los Estados Unidos después de muchos años de prisión en su país a causa de sus opiniones contrarias al régimen y de su intervención en las manifestaciones estudiantiles de 1989 en la plaza de Tiananmen, el gobierno de Pekín advirtió que “es inaceptable para el pueblo y el gobierno chinos que esa gente pueda ganar el premio” y que otorgarlo sería una “burda interferencia” en los asuntos internos de China.
En el año 2019 ganó el Premio Nobel el Primer Ministro etíope Abiy Ahmed por su iniciativa para resolver el conflicto fronterizo e aceptar las fronteras fijadas por una Comisión Internacional en el año 2002 para resolver el conflicto fronterizo.
El “Programa Mundial de Alimentos” (PMA) —que es una agencia de la ONU y constituye la organización humanitaria más grande del mundo en el área del hambre y de la promoción de la seguridad alimentaria— ganó el Premio Nobel de la Paz en el 2020 por su esfuerzo “por combatir el hambre, por contribuir a la paz en las áreas de conflicto y por su labor para evitar que el hambre sea utilizada como arma de guerra“, según lo destacó el Jurado en octubre de ese año cuando afirmó que la erradicación del hambre era uno de los “Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)” y que a pesar de eso en ese momento había en el mundo 135 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda, como las que se daban en Yemen, República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán del Sur y Burkina Faso, y que el mundo corría el riesgo de sufrir una crisis del hambre de proporciones inconcebibles si el PMA y otras organizaciones de asistencia alimentaria no recibían el apoyo económico que necesitaban.
El Premio Nobel de Economía empezó a adjudicarse desde 1969, cuando se lo entregó a los economistas Jan Tinbergen de Holanda y Ragnar Frisch de Noruega, y a partir de esa fecha se lo ha conferido anualmente a notables economistas de diversas tendencias ideológicas y de distintos países —con una amplia preponderancia de los Estados Unidos—, entre los que están los norteamericanos Paul Samuelson en 1970, Simon Kuznets en 1971, Wassily Leontief en 1973, el inglés Friedrich Hayek y el sueco Gunnar Myrdal en 1974, el soviético Leonid V. Kantorovitch en 1975, el norteamericano Milton Friedman en 1976, el norteamericano Herbert Simon en 1978, el norteamericano James Tobin en 1981, George J. Stigler en 1982, Gerard Debreu en 1983, Richard Stone en 1984, el norteamericano Franco Modigliani en 1985, James H. Buchanan Jr. en 1986, Robert M. Solow en 1987, Maurice Allais en 1988, Trygve Haavelmo en 1989; Harry M. Markowitz, Merton H. Miller y Wiliam F. Sharpe en 1990, el inglés Ronald H. Coase en 1991, Gary S. Becker en 1992, Robert W. Fogel y Douglass C. North en 1993, John C. Harsanyi en 1994, Robert E. Lucas Jr. en 1995, el inglés James Mirrless en 1996, Robert C. Merton en 1997, el hindú Amartya Sen en 1998, el canadiense Robert Mundell en 1999, los norteamericanos James Heckman y Daniel McFadden en el 2000, los norteamericanos George A. Akerlof, A. Michael Spence y Joseph E. Stiglitz en el 2001; los estadounidenses Vernon Smith y Daniel Kahneman por sus avances en la aplicación de la investigación psicológica y los experimentos de laboratorio en el análisis económico, en el 2002; el economista norteamericano Robert Engle y el economista británico Clive Granger por el empleo de métodos estadísticos en series económicas de tiempo, en el 2003; el académico noruego Finn Kydland y el economista estadounidense Edward Prescott por sus investigaciones macroeconómicas que condujeron a los gobiernos a dar autonomía a los bancos centrales y, particularmente, por sus análisis de las causas que elevaron las tasas de inflación en la década de los años 70, en el 2004; el economista judío de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Robert J. Aumann, y el norteamericano Thomas C. Schelling, profesor de economía de la Universidad de Maryland, en el 2005; el economista estadounidense y profesor de la Universidad de Columbia, Edmund S. Phelps, ganó el Premio Nobel de economía por sus estudios macroeconómicos sobre la inflación y el empleo en el 2006; los académicos norteamericanos Roger B. Myersoin, Leonid Hurwicz y Eric S. Maskin obtuvieron el Premio Nobel de Economía 2007 por sus investigaciones sobre el funcionamiento de los mercados. En el 2008 fue galardonado con este premio el economista y profesor estadounidense Paul Krugman por sus “análisis de patrones comerciales y la geografía de la actividad económica”. En reconocimiento por sus estudios sobre “el régimen económico, especialmente de los bienes comunes” fueron galardonados en el 2009 la norteamericana Elinor Ostrom, profesora de la Universidad de Indiana, juntamente con el economista estadounidense Oliver E. Williamson. En el 2010 los galardonados fueron los economistas estadounidenses Peter Diamond y Dale Mortensen y el británico Christopher Pissarides, de origen chipriota, por sus investigaciones sobre el empleo, la desocupación, los salarios y el mercado del trabajo. Los economistas Thomas J. Sargent y Christopher Sims de los Estados Unidos fueron galardonados en el 2011 por su “investigación empírica sobre las causas y efectos en la macroeconomía”. En el 2012 volvieron a ganar dos economistas estadounidenses: Alvin Roth y Lloyd Shapley, considerados por la Academia Sueca como “un ejemplo sobresaliente de ingeniería económica”. Lars Peter Hansen, Eugene F. Fama y Robert J. Shiller, profesores estadounidenses con una larga carrera académica, fueron galardonados en el 2013 con el premio Nobel de Economía. Según afirmó la Real Academia de las Ciencias de Suecia, el premio obedecía, entre otras razones, a que ellos “han sentado las bases para la comprensión actual de los precios de los activos en función, por una parte, de las fluctuaciones y las actitudes en el riesgo y, por otra, de los comportamientos y las fricciones del mercado”. El Premio Nobel de Economía 2014 fue conferido al economista francés Jean Tirole, profesor del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), por su trabajo en organización industrial, economía de mercado y regulación de monopolios. El 12 de octubre del 2015 fue galardonado con el premio el británico-norteamericano Angus Deaton por sus investigaciones y estudios sobre consumo y pobreza. El jurado explicó que las investigaciones de Deaton, “al poner de relieve la relación entre las opciones indivifduales y sus efectos en el conjunto de la economía, contribuyeron a transformar la macroeconomía, la microeconomía y la economía del desarrollo”. El británico Oliver Hart, profesor de Harvard, y el finlandés Bengt Holmströn, catedrático del Massachusetts Institute of Technology (MIT), ganaron el Premio Nobel en el 2016. Según explicó la Real Academia, “los galardonados de este año desarrollaron la teoría de los contratos, un amplio marco para analizar diversos asuntos de diseño contractual, como el pago por productividad para altos ejecutivos y la privatización de actividades del sector público”. Y agregó: “Las economías modernas se mantienen unidas por innumerables contratos. Las nuevas herramientas teóricas creadas por Hart y Holmström son valiosas para entender los contratos e instituciones de la vida real, así como los posibles obstáculos en el diseño de contratos”.
Las teorías de Robert Mundell, profesor de economía de la Universidad de Columbia en Nueva York y Premio Nobel de Economía en 1999, fueron las inspiradoras de la moneda única europea —el <euro— y fue él quien elaboró uno de los primeros planes para su implantación. La Academia de Ciencias de Suecia le otorgó el premio en reconocimiento a sus investigaciones sobre políticas monetarias y fiscales. Mundell fue el segundo economista de la Universidad de Columbia en ganar este trofeo.
Hasta el año 2013, Estados Unidos habían obtenido 52 premios Nobel de Economía, Inglaterra 8, Noruega 3, Israel 2, Suecia 2 y Francia, Alemania, Holanda, India, la Unión Soviética y Canadá uno cada uno.
Los doce países que mayor número de premios Nobel habían conquistado hasta el 2014 fueron: Estados Unidos 356, Inglaterra 121, Alemania 104, Francia 60, Suecia 29, Suiza 25, Unión Soviética y Rusia 23, Canadá 22, Austria 21, Italia 20, Japón 19 y Holanda 19.
Sin embargo, algunos de los científicos premiados en Estados Unidos fueron inmigrantes de otras nacionalidades que mudaron su residencia para acceder a universidades, centros de estudio, laboratorios e instituciones científicas norteamericanos y poder adelantar sus trabajos e investigaciones.
Las regiones menos favorecidas por el premio fueron Europa oriental 84, lejano Oriente 49, Oriente medio 20, América Latina y el Caribe 19, África 16 y Oceanía 16.
Un dato curioso: personas de nacionalidad israelí o de origen judío, que habían optado por otras nacionalidades en razón de la diáspora, han conquistado 52 premios Nobel en Medicina, 51 en Física, 28 en Química, 23 en Economía, 12 en Literatura y 9 en la Paz.
Hasta el 2014 las universidades que tuvieron mayor número de profesores, académicos, científicos, investigadores, literatos y exalumnos galardonados con el Premio Nobel fueron, en este orden: Cambridge, Chicago, Columbia, Massachusetts, Harvard, Berkeley, Heidelberg, Yale, Oxford, París, Gotinga, Cornell, Johns Hopkins y Princeton.
A pesar de que el humanismo y el pacifismo han sido factores determinantes a lo largo de la historia en el otorgamiento de los premios Nobel, no han faltado unas pocas y ocasionales controversias y polémicas en torno a la entrega de tan alta distinción a científicos vinculados directa o indirectamente con inventos y descubrimientos que contribuyeron al desarrollo de armas químicas o de armas nucleares —el francés Victor Grignard en 1912, el alemán Fritz Haber en 1918, el alemán Otto Hahn en 1944—, pero ello en nada disminuye el monumental valor y la tan alta significación de los premios Nobel a lo largo de tantos años de su historia.