Los grupos de interés se dividen en <grupos de presión y grupos de tensión, aunque no todos los tratadistas de Ciencia Política hacen esta distinción. Algunos suelen considerar que son la misma cosa. No obstante, creo que es pertinente diferenciarlos, ya por la ubicación social de las personas que los integran, ya por la índole de los intereses que defienden, ya por los métodos que utilizan para alcanzar sus propósitos.
Es cierto que ambos son grupos de visión parcial de la realidad. No tienen un enfoque universal de los problemas de la sociedad. Sus planteamientos, con frecuencia, entrañan una desagregación del interés general. En este sentido, ellos son factores de desintegración. Pero los intereses que protegen son diferentes: los grupos de presión defienden privilegios de las elites económicas: son avanzadas del sistema capitalista; en cambio, los grupos de tensión encarnan intereses sociales postergados por la organización capitalista: son avanzadas de reivindicación social que defienden los derechos de los trabajadores, de los indios, de los campesinos, de los estudiantes, de las minorías étnicas y de otros sectores sumergidos de la sociedad.
Los >sindicatos obreros, los gremios de trabajadores intelectuales, las organizaciones estudiantiles, los movimientos campesinos y otras asociaciones de este tipo son grupos de tensión.
Su denominación nace de la naturaleza de los medios de lucha que utilizan: son medios que crean tensiones sociales para constreñir a los gobernantes y forzarlos a atender sus demandas. Estos medios son principalmente la >huelga, la movilización popular, la toma de edificios o instalaciones, la paralización de servicios públicos, el cierre de carreteras, el >sabotaje, el <boicot y las manifestaciones de masas.
Nada tienen que ver los objetivos de estos grupos con los de las corporaciones de interés económico, ni sus integrantes con los de aquéllas ni sus métodos de lucha popular con las maquinaciones de persuasión, corrupción o intimidación que ponen en práctica los agentes de los lobbies. Son dos cosas enteramente distintas. Representan intereses no sólo diferentes sino contrapuestos.
Un observador objetivo no puede dejar de diferenciarlos. Las personas que los integran provienen de clases o capas sociales distintas. Los intereses que defienden son contrarios. Los métodos, diferentes. El soborno, el financiamiento de campañas electorales, la preparaciòn de weekends para legisladores o el celestinazgo de hermosas mujeres para los funcionarios públicos, que forman parte de las tácticas sofisticadas de los lobbies, no son los procedimientos utilizados por los grupos de tensión. Éstos acuden a la huelga, a la movilización de masas y, a veces, hasta a la violencia para conseguir sus reivindicaciones sociales. Pero no a la corrupción ni al soborno.
Ambos son grupos de interés, puesto que se forman en torno a una conveniencia compartida, pero ella es de distinta naturaleza en los unos que en los otros. Sus reivindicaciones son muy diferentes. Los grupos de presión son instrumentos de lucha de las cúpulas económicas mientras que los grupos de tensión lo son de las bases sociales.