Se dice en política que alguien lanza “un globo de ensayo” cuando hace pública una idea, propuesta, proyecto o tesis para ver qué reacciones suscita en la sociedad o en un determinado sector de ella. Y dependiendo de esas reacciones —si favorables, si contrarias— seguirá adelante o cesará en su empeño.
La expresión probablemente se origina en la meteorología, que es la ciencia que estudia los fenómenos atmosféricos. Los ballons o globos de ensayo se experimentaron en Francia a partir 1783 cuando José y Etienne Montgolfier, Juan Francisco Pilatre de Rozier, Jacques Charles, Nicolás Luis y Ana Jean Robert hicieron volar los primeros aeróstatos de aire caliente y gas, que alcanzaron 500 metros de altura. Estos físicos experimentadores lanzaron al aire los primeros globos para la observación y medición de determinados parámetros atmosféricos. Aprovecharon el peso del hidrógeno, que es 14 veces menor que el del aire, para impulsar hacia arriba sus globos portadores de instrumentos de medición.
La actual investigación espacial y atmosférica se hace con varios tipos de globos —de diferente peso, tamaño, consistencia y equipos— para alcanzar la altura, la duración del vuelo y los objetivos deseados. Miles de sondas instaladas en balones dilatables han sido lanzadas desde diversas estaciones meteorológicas, repartidas sobre el planeta, con el fin de hacer radio-sondas para determinar las características de presión, temperatura, humedad y rapidez de los vientos en las diversas altitudes.
Los globos aerostáticos —o sea los que se han valido de los principios de la aerostática, que es la parte de la mecánica que estudia el equilibrio de los gases y de los sólidos sumergidos en ellos— han sido utilizados también como medios de navegación. Debajo de ellos se ha colocado una canastilla que ha servido para acoger a las personas y trasladarlas por el aire de un lugar a otro.
En junio del 2002 el aventurero multimillonario estadounidense Steve Fossett, de 58 años, dio la vuelta al mundo a bordo de un globo aerostático. Comenzó su vuelo el 19 de junio del 2002 en Denham, oeste de Australia, y, después de 14 días de viaje y 31.380 kilómetros de recorrido alrededor del hemisferio sur, en que alcanzó alturas superiores a los 6.000 metros, aterrizó con su gigantesco globo plateado —llamado “Spirit of Freedom”— cerca de la localidad de Birdsville, al oeste del estado de Queensland en Australia, y fue el primero en dar la vuelta al mundo solo a bordo de un globo aerostático.
A semejanza de ellos, los “globos de ensayo” políticos se lanzan para “investigar” la “atmósfera” social, saber cómo está el entorno, cuáles son la “temperatura” y la “presión” ambientales, determinar la fuerza y velocidad de los “vientos políticos” y poder predecir, con base en estas informaciones, los efectos de una determinada acción política.