Expresión inglesa que, en su sentido político, significa lo establecido, lo que existe, el orden consolidado, el sistema imperante, el >statu quo en materia de ordenación política, económica y social de un país.
“Lo establecido”, sin embargo, cambia en el tiempo y en el espacio. Durante la monarquía absoluta europea lo establecido era algo muy distinto de lo que es hoy. Y “lo establecido” en la Unión Soviética fue lo que repudian los rusos después de la >perestroika. En cada momento y en cada lugar hay un sistema político y social imperante, apuntalado por los partidarios del establishment e impugnado por los que quieren el cambio social.
La expresión cobró sentido político en el siglo XVI, cuando por el derrumbamiento del poder papal la Iglesia Anglicana se convirtió en la oficial de Inglaterra, a la que se denominó “established church” y fue parte del reordenamiento político general de ese país.
La palabra se popularizó con el ensayo socioeconómico “The American Establishment”, publicado en los años 60 del siglo anterior por el escritor y periodista político norteamericano Richard H. Rovere (1915-1979), que reflejó la postura crítica de los socialistas ingleses contra el “Britain’s conservative establishment”.
Posteriormente, aunque con cierto retardo, se la empezó a usar en los Estados Unidos de América por parte de los representantes de la nueva izquierda norteamericana, para denunciar el orden de jerarquías económico-sociales garantizado por las leyes de su país.
Este es el sentido que ha tomado y con el cual se ha extendido esta palabra. Quienes defienden el establishment son, por tanto, los que se benefician de los privilegios que consagra el régimen imperante. Ellos son los <conservadores del sistema.
Al otro lado están los que tratan de modificarlo total o parcialmente, en forma progresiva o brusca, por la vía reformista o revolucionaria, que son los representantes del amplio espectro de la >izquierda política.