Denomínase así la propuesta que hizo el 12 de marzo de 1947 el presidente Harry Truman al Congreso de Estados Unidos para ejecutar un programa de ayuda a Grecia y a Turquía, dos países claves en el esquema de la >guerra fría, que soportaban acciones de infiltración marxista y estaban sometidos a fuertes presiones de la Unión Soviética para establecer un sistema de coparticipación en el control de los estrechos marítimos del Bósforo y los Dardanelos que esos países dominaban.
La situación de Grecia y Turquía era muy complicada tanto por las dificultades políticas y económicas internas como porque, dada su situación geopolítica, la URSS intentaba someter a los dos países a su influencia e incluso incorporarlos a su bloque. Con Turquía tenía, además, una reclamación pendiente desde 1945 sobre los territorios fronterizos de Dars, Ardahan y Artvin.
El presidente Truman, en su solicitud al Congreso de la Unión, afirmó que “la política de los Estados Unidos debe ser la de asistir a los pueblos libres que luchan contra las tentativas de dominación por obra de minorías armadas o de presiones exteriores”.
Pidió al Congreso la autorización para otorgar 400 millones de dólares en ayuda a Grecia y Turquía y para enviar a esos dos países efectivos militares. El Congreso aprobó con entusiasmo la propuesta del presidente encaminada a salvaguardar al “mundo libre”, según la expresión acuñada por Truman para referirse a la >zona de influencia norteamericana en el planeta.
Esta fue la sustancia de la llamada doctrina Truman, que inspiró en lo sucesivo la conducta de Estados Unidos hacia los “pueblos libres” que resistían la asechanza comunista y que abrió paso a las alianzas militares que, bajo el liderato de Washington, formalizaron los Estados Unidos con numerosos países durante la postguerra. Había que ayudar a esos pueblos política, económica y militarmente para impedir que caigan bajo la dominación comunista y además era preciso establecer entendimientos de seguridad colectiva para afirmar la política de <contención contra el expansionismo soviético.
La doctrina Truman, que muchos la consideran como extensión de la <doctrina Monroe hacia otros continentes, tuvo cabal cumplimiento durante los años de la guerra fría e inspiró la política internacional de Estados Unidos con relación a muchos países.
Proyectó, al puro estilo wilsoniano, la imagen de unos Estados Unidos defensores de la democracia, de la vigencia de las instituciones republicanas, del imperio de la voluntad mayoritaria, del gobierno representativo, las elecciones libres, la garantía de la libertad individual, la libre expresión del pensamiento, la libertad de cultos religiosos y el respeto de la comunidad internacional bajo los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Planteó en estos términos el contraste con la sociedad comunista, ubicada en el otro extremo, basada en la voluntad impuesta bajo el terror por una minoría, en el poder opresor de ella, en la conculcación de los derechos humanos fundamentales, elecciones amañadas para la designación de sus dirigentes, prensa y radio controladas y total supresión de las libertades personales.