El bien calificado internacionalista, académico y abogado británico Hersch L. Lauterpacht, en su libro “Recognition in International Law”, propuso en 1948 una teoría que ha tenido mucha resonancia en Europa sobre el reconocimiento de los gobiernos de facto. Es una teoría muy pragmática. Considera que el factor fundamental que debe ser tomado en cuenta para aceptar o no a un gobierno y entablar o no relaciones diplomáticas y comerciales con él, es el de la “efectividad”. Si un gobierno, independientemente de la forma como se ha constituido, ejerce el control efectivo sobre el territorio y el pueblo de su país, debe ser reconocido. Sobran las consideraciones éticas o doctrinales. La vida internacional es demasiado dinámica para detenerse en este tipo de lucubraciones. Hay que seguir adelante. Las demandas del comercio exterior no esperan. La seguridad jurídica lo exige. Si adviene un gobierno de facto que es capaz de asumir el control del Estado y de obligarse internacionalmente, debe ser reconocido por los demás y por la comunidad internacional.
Esta doctrina ha inspirado, en este tema, la conducta internacional del gobierno británico y de casi todos los gobiernos europeos.