Philander C. Knox, Secretario de Estado norteamericano, denominó así a la política internacional inaugurada por el presidente William Taft de Estados Unidos en su período gubernativo de 1909 a 1913 y seguida en buena parte por su sucesor Woodrow Wilson, quien tomó el poder en aquel año. Esa política se propuso sustituir la diplomacia del big stick del presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) por otra más sutil. El planteamiento fue bastante simple: reemplazar la bala por el dólar. O sea imponer un dominio financiero y no militar, especialmente en la región latinoamericana y en el lejano Oriente.
Estados Unidos, que a la sazón eran ya una de las tres o cuatro grandes potencias del mundo, fomentaron sus negocios e inversiones en América Latina con el auxilio de su diplomacia. Para eso, en lo que sin duda fue una extensión de la >doctrina Monroe, el presidente Wilson pretendió excluir la inversión europea en esta parte del continente de modo que los Estados Unidos pudiesen ejercer allí el monopolio de la actividad económica.