De integración más lograda que la >horda y en un grado evolutivo superior, el clan (llamado gens en latín) fue una de las sociedades primitivas producidas por el instinto gregario o la necesidad del hombre.
Se constituyó por el vínculo de la sangre. Sus integrantes se consideraron como parientes entre sí, puesto que creían descender del mismo >tótem. El tótem fue generalmente un animal o un vegetal tenido como antepasado común de todos los miembros del clan y al que adoraban como dios, en su primitiva religión.
En el clan, como antes en la horda, la relación de los seres humanos con la tierra no fue todavía un factor de organización social, como lo sería más tarde cuando los hombres se volvieron sedentarios. El vínculo que unió a los miembros del clan fue el real o supuesto parentesco que recíprocamente se atribuyeron, como descendientes de un antepasado común, que fue el tótem. Todos los miembros del clan se tuvieron por parientes entre sí y este fue el vínculo que les mantuvo unidos. Fue un vínculo de sangre. La organización fue eminentemente matriarcal, ya que las relaciones de familia se establecieron en la mayoría de los casos de madres a hijos. La madre fue por largo tiempo, en el sistema promiscuo que prevaleció en los grupos primitivos, el único elemento identificable de la reproducción. El >matriarcalismo, sin embargo, no significó hegemonía política de las mujeres o >ginecocracia, como lo insinúa el antropólogo suizo Johann Jakob Bachofen (1815-1887) en su obra "Das Mutterrecht" (1859), sino mera identificación del parentesco por el lado materno.
El tótem fue la rudimentaria divinidad del clan. Presidió sus actos. Le dio su nombre y fue además su emblema. Generalmente se le representó esculpido de un modo rústico en un tronco de árbol o en un monolito. El caudillo del clan trató de representarlo y de asemejarse a él exteriormente con máscaras e indumentarias.
Como en todas las sociedades primitivas, en el clan estuvieron confundidas las funciones militares, políticas y religiosas, de suerte que el caudillo fue, al mismo tiempo, jefe guerrero, líder político, legislador, juez y sacerdote o mago. No hubo algo parecido a la moderna >división de poderes. Los órdenes religioso, político y guerrero estuvieron indiferenciados y todas las funciones de conducción del grupo se concentraron en la persona del caudillo.
El clan fue un nuevo eslabón en la milenaria cadena de evolución histórica de las formas de organización social, en que las >hordas dieron lugar a los clanes, éstos a las >tribus y más tarde a las >naciones y a los >Estados. Representó un importante esfuerzo de adaptación geográfica, por su naciente tendencia a ubicarse sobre un territorio determinado para una vida sedentaria.
Como es fácil imaginar, los grupos humanos sedentarios significaron un profundo cambio en las costumbres, en las actividades de subsistencia, en la cohesión interna y en todos los demás elementos de la vida individual y colectiva.
En la región de los Andes en la América del Sur, durante la vigencia del imperio de los Incas —el Tahuantinsuyo—, y aún antes, existió una forma de clan, denominado ayllu en lengua aimara, que fue la unidad social básica. Estuvo unido por vínculos de linaje, como todo clan, pero con la diferencia de que fue una organización sedentaria y sus miembros se dedicaron principalmente a labrar la tierra. El ayllu estuvo dirigido por un curaca.