Llamado también pugilismo (del latín pugil, que era en los tiempos viejos el gladiador que contendía a puñetazos), el boxeo tiene una antigua historia. En la Grecia clásica era un deporte popular que formó parte de los Juegos Olímpicos a partir del año 688 antes de la era cristiana. En lugar de guantes los boxeadores envolvían sus manos con cintas de cuero, dejando libres los dedos. En Roma —conquistadora de Grecia militarmente en el año 146 a. C. pero conquistada culturalmente por ésta— se practicaba también el boxeo y los púgiles solían llevar en sus puños el cestus, que era un aparato tachonado de clavos con el que mutilaban e incluso mataban a sus rivales, generalmente como parte del espectáculo de los gladiadores.
La popularidad de este deporte declinó con la caída del Imperio Romano de Occidente.
El primer registro de un combate de boxeo en los tiempos modernos apareció en Inglaterra en 1681, cuando el duque de Albermarle organizó un combate entre su mayordomo y su carnicero. El boxeo resurgió en Londres en el siglo XVIII, en que los contendientes luchaban sin guantes. El primer boxeador reconocido como campeón de los pesos pesados fue el inglés James Figg en 1719. En 1743 John Broughton, campeón de su tiempo, elaboró un conjunto de reglas para atenuar la dureza del boxeo, entre ellas la que prohibió golpear al oponente caído. Las reglas de Broughton estuvieron en vigor hasta 1838, en que empezaron a regir las del London Prize Ring. Con algunas modificaciones introducidas en 1853, estas reglas rigieron hasta que comenzaron a aplicarse las formuladas en 1865 por el marqués de Queensberry, que contribuyeron a racionalizar el boxeo y a superponer la habilidad sobre la fuerza. Ellas limitaron el tiempo de la pelea, proscribieron el combate con los puños desnudos, prohibieron las técnicas de la lucha libre y vedaron la agresión al rival en el suelo. El contendiente que permaneciera tumbado o sostenido sobre una rodilla durante 10 segundos perdía la pelea. Los combates se dividieron en asaltos de tres minutos, con un minuto de descanso entre ellos, y se desarrollaron en un espacio cuadrado y rodeado de cuerdas de 7,2 metros por lado, llamado ring. Los boxeadores fueron clasificados en diferentes categorías en función de su peso.
En el siglo XX se produjo la profesionalización del boxeo y el sometimiento a reglas más precisas y al control por organismos nacionales e internacionales. Cambiaron las dimensiones del cuadrilátero (6,10 metros por lado), se dispuso el uso de guantes acolchados de 224 gramos para la categoría de peso ligero y de 280 gramos para la de peso pesado, se limitó el número de asaltos a 12, se establecieron árbitro y jueces, se definieron las faltas, las penalizaciones y los sistemas de puntuación para decidir el vencedor en las peleas que no acaben por knock-out y se señalaron los motivos por los que el árbitro debe detener una pelea para evitar lesiones graves a un boxeador que esté en imposibilidad de defenderse.
En el argot boxístico se denomina knock-out (K. O.) al golpe que derriba a un boxeador y lo pone fuera de combate o a la decisión arbitral de dar por terminada la pelea en caso de que uno de los boxeadores esté en imposibilidad física de continuarla sin peligro para su integridad; y se denomina K. O. técnico a la terminación del combate cuando un boxeador no acude a la llamada de la campana para el siguiente asalto.
El objetivo del púgil es producir la caída de su rival a fuerza de golpes de puño —el knock-down— e incapacitarlo para ponerse de pies antes de diez segundos. Si no alcanza este objetivo el combate se decide por puntos, a criterio de un jurado compuesto por tres jueces en el boxeo profesional y cinco en el amateur. Existen distintos sistemas de puntuación. Durante muchos años el boxeo profesional inglés utilizó la escala de cinco puntos pero en 1973 adoptó la de diez, que hoy es la usual en el mundo. En cada round se asignan puntos a los boxeadores, de acuerdo con la escala de 1 a 10, dependiendo de su desempeño en conectar golpes limpios contra la parte frontal o lateral de la cabeza del rival o en su cuerpo por encima del cinturón y la eficiencia de su trabajo defensivo. Los jueces marcan los puntos mediante un dispositivo electrónico que tiene dos botones: uno rojo y uno azul, cada uno de los cuales corresponde a un boxeador. Si las acciones de ambos púgiles son equivalentes, se toman en cuenta otros factores: valentía, agresividad, estilo y técnica empleados, según el criterio mayoritario de los jueces.
El boxeo tiene dos variantes: boxeo aficionado y boxeo profesional. Sus normas son diferentes. El primero tiene menor duración y en él los boxeadores cubren sus cabezas con protectores y utilizan guantes más pesados que los de los boxeadores profesionales para que los golpes sean menos contundentes. Tanto los boxeadores aficionados como los profesionales usan protectores bucales y protectores inguinales para su seguridad. En el boxeo aficionado el combate dura cuatro rounds de dos minutos cada uno por uno de descanso, y en el profesional, hasta 12 rounds de tres minutos por uno de descanso.
El boxeo aficionado —boxeo amateur— se incorporó a los Juegos Olímpicos en 1904, aunque fue suprimido más tarde por su dureza. Pero en 1920 volvió a formar parte de la agenda olímpica.