Llamado comúnmente “básket” o “basquetbol”, es un juego deportivo entre dos equipos de cinco jugadores cada uno, que consiste en introducir el balón esférico, lanzado con la una o las dos manos del jugador, en el “aro”, “cesto” o “canasta” del equipo contrario para anotar dos puntos.
Se lo practica en una cancha rectangular de 28 metros de longitud por 15 metros de latitud. Y en cada uno de los dos extremos de la ella está una plataforma que sostiene un tablero vertical, en cuya parte central hay un aro metálico de 46 centímetros de diámetro —del que pende un cesto o canasta—, en el que ha de embocarse el balón —de 567 a 624 gramos de peso—, que tiene una circunferencia aproximada de 76 centímetros.
En el curso del juego, el equipo que tiene la pelota trata de avanzar —pasándola de un jugador a otro— para encestar en la canasta defendida por sus adversarios. Y existen muchas jugadas preconcebidas y planificadas para hacerlo. Cuando se lo logra, se anotan dos puntos a su favor. Después de cada cesta el equipo contrario pone la pelota en juego desde su línea de fondo y trata de adelantarla, pasándola de un jugador a otro, para burlar la defensa adversaria y encestar en el aro contrario. Pero tiene un límite de tiempo para hacerlo. Si lo excede comete una falta y la pelota pasa a poder del otro equipo.
Los dos planteles luchan ardorosamente por la posesión del balón. Tratan de interceptar tiros, obstaculizar pases, adueñarse de los rebotes y robar el balón. La misión de la defensa es tratar de impedir el movimiento del balón y el lanzamiento al aro. Sin embargo, dada la gran talla de los jugadores —que son verdaderos gigantes—, les está prohibido interceptar la pelota en su trayectoria descendente hacia el aro.
En materia de récords hay que anotar que la más alta puntuación se alcanzó el 13 de diciembre de 1983 en la ciudad de Denver durante el partido entre los “Pistons” de Detroit y los “Nuggets” de Denver, que terminó 186 puntos contra 184 a favor de los primeros, después de un tiempo suplementario de desempate. Pero lo más sorprendente es que, durante los juegos asiáticos de 1982, Irak venció a Yemen por 251 puntos contra 3.
En 1982 el jugador negro norteamericano Wilt Chamberlain anotó para su equipo “Philadelphia Warriors” 100 puntos en un partido jugado en la “National Basketball Association (NBA)”.
El jugador más alto de todos los tiempos parece que fue el sudanés Manute Bol, que jugó en el equipo de los “Washington Bulles” en los años 80: medía 2,30 metros de altura, aunque el “Libro de los Récords Guinnes” afirma que el jugador Suleiman Ali Nashnush tenía 2,45 metros de altura cuando jugaba para el equipo de Libia en 1962.
En el baloncesto hay dos sistemas defensivos básicos: el individual —defensa “hombre a hombre”—, en que cada jugador persigue como su sombra a un determinado jugador adversario; o el de “zona”, en que los jugadores defensivos cubren el espacio siguiendo la posición del balón y no tienen jugadores predeterminados que controlar.
Los partidos tienen dos tiempos de 20 minutos cada uno. Sin perjuicio de lo cual los directores técnicos y los capitanes de los equipos pueden pedir en cualquier momento la suspensión del juego por un minuto —“time out”— para dar instrucciones a sus jugadores.
Durante el partido, el jugador que haya sufrido una acción violenta del adversario —golpeado, empujado, agarrado, cargado, puesto una zancadilla, etc.— tiene derecho a lanzar, previa autorización del árbitro, uno o dos tiros libres desde una línea situada a cuatro metros de la canasta opositora. Si la falta hubiese ocurrido cuando el jugador estaba en movimiento de lanzamiento, cobrará dos tiros libres; de lo contrario, uno. Cada uno de ellos, si encesta, valdrá un punto. Sin embargo, si el jugador que sufre la falta logra encestar a pesar de ella, tiene derecho a cobrar un tiro libre adicional y contabilizar además los dos puntos correspondientes a su enceste. El jugador que cometa cinco o seis faltas en el curso de un partido (según las diferentes normativas de las asociaciones correspondientes) debe ser sustituido.
El origen remoto del baloncesto podría ser el juego de pelota practicado por los Mayas en sus centros ceremoniales —los “tlachtli”, en lengua “náhuatl”— que tenía mucho de ritual religioso. Se lo jugaba sobre un patio central flanqueado por gruesos muros pétreos ligeramente inclinados y decorados con motivos religiosos, que tenían adosados sendos anillos verticales de piedra por los cuales los jugadores debían pasar una pelota maciza de caucho, de alrededor de 12 centímetros de diámetro.
El “tlachtli” tuvo al comienzo un profundo sentido religioso y ritual. Se lo jugaba junto a los templos. Y los perdedores eran decapitados como homenaje a los dioses. Pero con el paso del tiempo se convirtió gradualmente en una actividad lúdica y deportiva. Algunos grabados muestran que los equipos estaban integrados por dos, cuatro, cinco o seis jugadores.
Las canchas se construían en las grandes edificaciones del Imperio Maya, que se inició en el sur de México, Guatemala, Belice y parte de Honduras y de El Salvador doscientos años antes de Cristo, y que periclitó en el año 1450 de nuestra era. Uno de los más importantes lugares del juego estuvo en “Chichén Itzá”, que fue una de las grandes ciudades de la cultura maya, en el norte de la Península de Yucatán.
También los aztecas lo practicaron. Denominaron “ullaliztli” al juego y “tlaxco” a la pista, en la que había aros de piedra pendientes de las paredes, en los que embocaban la bola de hule. Al igual que los Mayas, en sus orígenes el “ullaliztli” fue un ritual religioso antes que un deporte: el capitán del equipo ganador era decapitado en homenaje a los dioses. La contienda se desarrollaba entre dos equipos compuestos por siete jugadores cada uno.
La versión moderna del baloncesto —“basketball”— fue inventada en 1891 por el clérigo y educador canadiense James Naismith en los campos del “Springfield College” en Massachusetts, Estados Unidos. Y el deporte alcanzó rápidamente una enorme popularidad dentro y fuera del territorio norteamericano. Debutó en los “Juegos Olímpicos” de Berlín en 1936. Y diez años después se fundó la principal liga profesional de básket en Norteamérica.
Alrededor del año 1897 se redujo a cinco el número de jugadores de cada equipo y se reglamentó su práctica. Los colegios y las universidades estadounidenses adoptaron el juego entre 1893 y 1895. En 1934 se celebraron las primeras competencias intercolegiales en el “Madison Square Garden” de Nueva York y el baloncesto comenzó a despertar un gran interés. Los soldados norteamericanos acantonados en diversos países durante la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a popularizarlo por el mundo. Y en la década de los años 50 se lo practicó intensamente en los “colleges” estadounidenses.
La “National Basketball League” norteamericana —que fue la primera en constituirse— se formó en 1898 para promover los encuentros, torneos y campeonatos amateur de este deporte. Y cuando ella desapareció cinco años más tarde, se formaron nuevas asociaciones de baloncesto en el noreste de Estados Unidos. En las primeras décadas del siglo XX dos equipos legendarios fueron el “Original Celtics”, que se organizó en 1915 en Nueva York, y el famoso “Harlem Globetrotters” fundado en 1927 en el barrio negro de Manhattan, que hizo reír al mundo con sus ocurrencias, su imaginación, sus jugadas ingeniosas y el malabarismo en el manejo de la pelota.
El baloncesto formó parte de la agenda de los Juegos Olímpicos a partir de 1936. En la actualidad ha alcanzado un alto grado de profesionalismo y los jugadores que lo practican ganan impresionantes cantidades de dinero, especialmente en Estados Unidos. Y casi todos los jugadores profesionales norteamericanos provienen de las ligas universitarias, donde han sido seleccionados para jugar en los equipos profesionales. De ellas han surgido a partir de finales de los años 50 grandes exponentes del baloncesto norteamericano, entre otros, Bill Russell de los “Boston Celtics”; Wilt Chamberlain, pívot de los “Angeles Lakers”; Larry Bird de los “Boston Celtics”; Earvin Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar de los “Angeles Lakers”; Michael Jordan de los “Chicago Bulls”; Shaquille O’Neal de los “Orlando Magic”; Larry Johnson de los “Charlotte Hornets” y muchas otras estrellas que han impuesto la primacía del baloncesto profesional de Estados Unidos.
Una de las entidades deportivas más importante de ese país es la “National Basketball Association (NBA)”, fundada en 1949, que tiene numerosos equipos divididos en dos grandes ligas: la “Eastern Division” y la “Western Division”.