Del latín bacchanalis, tiene dos significaciones: 1) perteneciente al Dios Baco, en cuyo torno se celebraban en antiguos tiempos terribles orgías, especialmente en Atenas; y 2) desenfrenado libertinaje.
En los mundos griego y romano de la Antigüedad era la fiesta orgiástica celebraba en honor al rey Baco —Dionisio—, en la que se comía y bebía en demasía en medio del desorden y el tumulto. El Diccionario de la Real Academia Española explica que el término —derivado del dios Baco— se aplicaba “a las fiestas que celebraban los gentiles en honor de este dios”, las mismas que solían terminar en orgías y tumultos. Por eso la historia registra que el Senado romano las prohibió en el año 186 a. C., pero que la veda se incumplió y prosiguieron los libertinajes desenfrenados, en los que imperaban la embriaguez y la lujuria.