Este término se originó en los ámbitos de la filosofía. Una de las condiciones para alcanzar la felicidad y la tranquilidad del espíritu —la eudemonía, que decían los antiguos griegos— era la liberación de la inquietud producida por el deseo de cosas externas y con frecuencia inalcanzables. La escuela socrática recomendaba, por eso, el desistimiento de los bienes externos y la limitación de la ambición humana a aquellos que estuvieran en manos del sujeto. Se llegaba así a un estado de autosuficiencia muy gratificante para el espíritu, que recibió el nombre de autarquía. Ella se identificó en aquellos tiempos con la felicidad y la virtud.
Más tarde, por extensión, la palabra designó la condición de bastarse a sí misma que tiene una >comunidad en materia económica y de prescindir del intercambio con el exterior para abastecerse de los bienes y servicios que necesita para su pervivencia.
En inglés se distingue el término autarchy, que significa autonomía de gobierno, de autarky, que es autosuficiencia económica.
La autarquía fue posible, de alguna manera, en los pueblos primitivos, con formas de vida muy elementales. Aún en la civitas de la Antigüedad y de la Edad Media, cuya función era garantizar el bene e virtuose vivere, ella pudo tener alguna vigencia. En el incomunicado mundo de antes eso era factible, pero no lo es en los Estados modernos.
El logro de la autarquía ha sido una tentación para los gobernantes a lo largo de mucho tiempo, como medio de alcanzar la deseada independencia nacional.
Alemania, en tiempos del >nazismo, tuvo el ilusorio propósito de ser autárquica para prevenir las consecuencias de un eventual bloqueo económico internacional a causa de su belicismo, pero nunca lo logró. La Unión Soviética, que durante mucho tiempo vio a la guerra como la solución inevitable de la confrontación mundial, pretendió también durante el período estalinista establecer una autarquía en su territorio, pero tampoco pudo lograrlo y a la postre los resultados de su política económica le fueron catastróficos. La autosuficiencia económica es una utopía. Los Estados modernos, al contrario, intensifican su interdependencia y buscan la integración económica y la creación de grandes espacios comerciales para impulsar su >desarrollo.
Llámase autarquismo a la tendencia de un país a desarrollarse hacia adentro, con base en los >recursos naturales, humanos, financieros y tecnológicos internos. Esto, sin embargo, es cada día más difícil y menos conveniente en un mundo que va hacia la >interdependencia y hacia la >integración económica.