Dícese de la ubicación de un Estado, un partido o un líder político al lado de una doctrina, una tesis ideológica o política, un bloque de países o una posición internacional. Se usa especialmente este término en la política internacional para denotar la puesta en línea de un país en uno de los campos beligerantes. Se designó como alineados a los Estados que tomaron posición junto a una de las potencias que protagonizaron la >guerra fría. Cuando ese alineamiento implicó el ejercicio de una “soberanía limitada” y el sometimiento disciplinario al poder de la superpotencia, como ocurrió más agudamente en el bloque soviético durante el proceso de la >guerra fría, se habló de la “satelización” de los países que a él pertenecían. Se dijo de éstos que eran “satélites” de la Unión Soviética. La satelización es una forma aguda de dependencia.
En 1961 se formó el Movimiento de los Países no Alineados que agrupó a los Estados del >tercer mundo que deseaban mantener una posición independiente y equidistante de las dos superpotencias —Estados Unidos y la Unión Soviética— y evitar, en lo posible, con la presencia de una tercera fuerza, el choque entre ellas.
Fue un intento de formar un “tercer bloque” independiente para contrarrestar la alineación ideológica, política, económica y militar que se había producido en torno a los dos ejes de poder internacional.
Con el colapso de los regímenes marxistas y con la terminación de la guerra fría ha perdido sentido el concepto de alineación, que estuvo referido a la confrontación Este-Oeste en los últimos tiempos. La desaparición del orden internacional nacido de la Segunda Guerra Mundial ha dado lugar a un mundo unipolar cuyo poder no tiene contrapeso y frente al cual ha perdido significación el concepto mismo de alineación.