Es la enseñanza de los fundamentos de una doctrina. Es una de las tareas fundamentales de un partido político no sólo para la formación de sus >cuadros sino también para la creación de una conciencia ideológica en su militancia. Los partidos bien organizados suelen contar con institutos o escuelas de capacitación doctrinal, que imparten y profundizan el conocimiento de los principios ideológicos en que se sustentan.
La >ideología es uno de los elementos esenciales de un >partido político. En ella reside su diferencia fundamental con los >populismos, que son grupos ideológicamente amorfos, propios del subdesarrollo político y del atraso económico de una sociedad.
Dado que las ideologías políticas son siempre perfectibles, que están en permanente integración, que la quietud ideológica no existe, que no hay “sagradas escrituras” políticas establecidas de una vez para siempre, que ninguna ideología es eterna, los partidos deben ser laboratorios de incesante investigación ideológica y, por supuesto, de adoctrinamiento de sus bases populares.
La ideología debe someterse al libre debate. Sus postulados están llamados a enriquecerse con la discusión. Las ideologías se hacen todos los días: son una tarea permanente. El avance científico y tecnológico las condiciona. La realidad las modifica constantemente y les impone límites de factibilidad.
Con frecuencia se utiliza la palabra indoctrinación —que no consta en el diccionario castellano— para significar la enseñanza formal, sistemática y rigurosa de una doctrina política a la dirigencia y militancia de un partido. Esta es una función regular en las agrupaciones políticas de estructura ideológica que quieren hacer de la adhesión popular un acto reflexivo y de convicción antes que una actitud puramente emocional. Los grupos de corte populista, en cambio, en la medida en que carecen de una ideología y se mueven en el marco de las reacciones emotivas de cada día, no se interesan por la el adoctrinamiento o acaso no lo pueden realizar. Más les importa inculcar fanatismo en sus miembros y seguidores que enseñarles principios doctrinales. El >populismo es una actitud eminentemente emocional e irreflexiva, que acude más al sentimiento que a la razón de sus seguidores.
El adoctrinamiento —que es la iniciación en el conocimiento de una ideología política— es tarea que deben cumplir los partidos con sus militantes y simpatizantes a fin de consolidar la estructura partidista y afirmar la convicción y adhesión de sus seguidores.
En la teoría de los partidos políticos se conoce bien que uno de los elementos esenciales para que una agrupación tenga este carácter es la profesión de una ideología. No hay partido sin ideología. Ella forma parte del concepto mismo de partido político. La ideología señala el rumbo de la acción política: indica lo que hay que hacer desde el poder y a favor de quien.