Cuando el economista australiano Colin Clark formuló su conocida clasificación de las actividades económicas en primarias, secundarias y terciarias, tuvo en consideración el grado de elaboración de los productos propios de cada una de estas actividades. Las primarias, desenvueltas muy cerca de las fuentes de materias primas, comprenden la agricultura, la ganadería, las minas, los bosques, la pesca y la caza. Tienen ellas muy poco procesamiento. Son tareas eminentemente extractivas. El valor agregado que contienen sus productos es muy pequeño comparado con el de los bienes manufacturados. Las actividades secundarias están compuestas por la industria, la minería, la construcción, la producción de energía eléctrica. Son tareas de transformación de materias y elementos, que por tanto contienen un alto valor agregado. Y las actividades terciarias envuelven el comercio, el transporte, los servicios, la informática y las demás operaciones económicas no incluidas en otro sector, que constituyen prestaciones antes que bienes.
La principal actividad secundaria es la industria, que tiene un alto grado de transformación de los bienes y, por ende, un importante componente de valor agregado. Clark, sin embargo, incluyó también a la minería, la producción de energía y la construcción entre las actividades secundarias, a pesar de que más tarde, en 1957, reformuló su propia clasificación y excluyó del sector secundario, al que denominó “manufacturero”, a la rama de la construcción. Dijo que las características fundamentales de la actividad secundaria son la transformación continua, en gran escala, de materias primas en productos transportables, con lo cual fue evidente que excluyó de ella a la construcción, edificación e instalación de bienes inmuebles, actividades que pasaron a formar parte del sector servicios.
La clasificación de Clark, que se tornó clásica, ha recibido diversas modificaciones por parte de economistas posteriores, quienes encontraron que la iniciativa del economista australiano resultaba estrecha para comprender la creciente diversificación de los sectores económicos como resultado del vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología. Entre las nuevas clasificaciones que se han propuesto está la de las propias Naciones Unidas, denominada international standard industry classification (ISIC), que sirve de base y referencia para las operaciones estadísticas de los países miembros.
Una de las características de las actividades secundarias es que el >valor agregado es muy alto, lo cual quiere decir que en esta fase de la actividad productiva se incorpora un gran componente de valor a los bienes procesados.