Fue, en los viejos tiempos, el medicamento para curar todos los males y enfermedades que trataban de descubrir los antiguos alquimistas. La alquimia fue la antecesora de la química moderna y los alquimistas fueron quienes la practicaban. Estos se empeñaron en buscar la panacea, o sea el remedio universal para todas las dolencias. En los tiempos antiguos la alquimia fue un arte esotérico, que guardaba celosamente sus secretos referentes a la combinación de las diferentes sustancias para formar los medicamentos.
Por extensión, se llama hoy panacea a una medida económica o política que, en la ingenua suposición de los modernos “alquimistas políticos”, sirve para curar todos los males de la sociedad. Cada época tuvo sus propias ilusiones. En cada tiempo estuvieron de moda determinadas “panaceas”. En la primera mitad del siglo pasado era la estatificación de los instrumentos de producción, después fue la “privatización” indiscriminada que, en concepto de los “alquimistas” neoliberales, era el remedio para todas las deficiencias sociales. Mañana los ilusos buscarán nuevas y vanas panaceas para todos los males de la sociedad.