Es el bien que se emplea para producir otros bienes. Pero tiene la característica de que desaparece en el proceso de producción. En eso se diferencia de la materia prima, que se transforma pero no se extingue. La madera se convierte en mueble, el hierro o el acero en una determinada pieza, el trigo en harina. Hay una transformación de la materia prima en un bien diferente. Pero, en cambio, el insumo se consume y desaparece. Desaparece no en el sentido filosófico de la palabra —recordemos que nada se crea, nada se extingue, todo se transforma— sino en el sentido económico de ella. Los carburantes de las máquinas, el aceite de los motores, la electricidad de los equipos, las diversas clases de energía, la grasa de los engranajes, la cola de los carpinteros, los insecticidas de la agricultura se degradan con el uso y se vuelven inservibles. No es que “desaparecen” propiamente pero dejan de servir para sus fines naturales. Estos son los insumos.
Los economistas norteamericanos, sin embargo, no suelen hacer estas distinciones. Engloban dentro de la palabra “input” todos los elementos tangibles e intangibles que se emplean para producir un bien o un servicio. Allí se incluyen los materiales, los insumos, el desgaste de las máquinas, la tecnología, el factor trabajo, los intereses del capital, los arrendamientos y todos los demás elementos que se precisan para producir algo. Lo producido se llama “output”. Por consiguiente, todo lo que ingresa en un proceso productivo determinado es “input” y todo lo que egresa de él —los productos o los servicios— es “output”. Los economistas estadounidenses han simplificado hasta el extremo esta cuestión conceptual.
Las investigaciones nanocientíficas y nanotecnológicas que hoy se realizan en los laboratorios del primer mundo abrirán la posibilidad de producir nuevos y mejorados insumos y materias primas para abastecer las necesidades de la industria.
La >nanotecnología ha descubierto que las materias experimentan cambios fundamentales en sus características, propiedades y comportamientos según la escala. Su resistencia, durabilidad, consistencia, conductividad eléctrica, reactividad, elasticidad, entre otras propiedades, cambian en función de su escala. Un mismo elemento tiene cualidades y disposiciones completamente diferentes a escala tradicional que a nanoescala, es decir, a escala millones de veces menor a un milímetro. Llámase “efecto cuántico” a la modificación de las propiedades físicas y químicas de la materia en función de su escala nanométrica.
La nanotecnología, por tanto, estará en posibilidad de crear, a través de la producción molecular, nuevos y mejores insumos, con cualidades hasta hoy desconocidas en los insumos tradicionales.