Fueron parte de un movimiento de rebeldía de la juventud iniciado en San Francisco de California en la segunda mitad de la década de los 60 del siglo pasado, que se extendió después a otras partes del mundo. Su característica general fue su adhesión a una cierta anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo a la concepción mercantil y materialista de la vida. Propugnó una contracultura políticamente atrevida y antibelicista. Su estilo “sicodélico” y lleno de colorido, estimulado por drogas alucinógenas, se plasmó en la moda de vestir de sus miembros, en sus artes gráficas y en la música de cantantes como Janis Joplin o de bandas como Love, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd.
La palabra “hippie” derivó de hipster, que designaba las personas que se envolvían con la cultura negra en Estados Unidos. Fue el periodista Michael Fellon quien la usó por primera vez para referirse a los jóvenes bohemios de la generación beat. Lo hizo en un artículo publicado en un periódico de San Francisco de California el 6 de septiembre de 1965. Después la gran prensa se encargó de popularizar el término.
En ese tiempo ocurrían cosas importantes en el mundo: fue asesinado John F. Kennedy en Dallas, la lucha por los derechos civiles era muy candente en Estados Unidos, se reclutaba a la gente joven para combatir en Vietnam, Fidel Castro empezaba su largo gobierno revolucionario en Cuba, se reunía de <Concilio Vaticano II, estaba en plena eclosión el proceso descolonizador de África, el líder de los derechos de los negros Martin Luther King (1929-1968) caía abatido por balas disparadas por el fanatismo racista, el primer hombre puso sus plantas en la Luna, se producía el boom de la literatura latinoamericana, la <guerra fría estaba en su peor momento, el planeta había sido parcelado en dos grandes zonas de influencia a cargo de las superpotencias norteamericana y soviética, los pershing 2 y los SS-20 —con sus cabezas nucleares múltiples— amenazaban destruir la civilización, se inventaba la píldora anticonceptiva, la minifalda había ganado gran popularidad, el filósofo y sociólogo alemán Herbert Marcuse (1898-1979) brillaba como un lucero fugaz en el firmamento de la juventud parisiense, violentas rebeliones estudiantiles sacudían las comunidades universitaria de Berlín, Berkeley y la Sorbona, una terrible angustia vital afectaba a la humanidad de esos días, las marchas por la paz se ganaban las calles de muchas ciudades, se ensayaban nuevos estilos musicales, en fin, era una época de inestabilidad y de búsqueda.
En ese contexto surgió el movimiento hippie, que reclutó sus miembros y seguidores en las capas medias blancas, algunos de los cuales se desprendieron de sus familias tradicionales y abandonaron sus comodidades para ir a vivir pobremente en comunas, dentro de las que la práctica sexual era promiscua y desordenada porque sostenían que eso era lo que mandaba la naturaleza, con sus estrafalarias actitudes, música “sicodélica” y extraña forma de vestir protestaban a su manera contra el <establishment, los convencionalismos sociales, la violencia, la guerra, la discriminación de las minorías, el lujo, el consumismo y los falsos valores de la sociedad capitalista, y en su lugar preconizaban la paz, la vuelta a la naturaleza, la austeridad, la defensa del medio ambiente, la libertad sexual, el amor libre, la emancipación femenina y la liberación homosexual.
La flor fue su emblema. Su proclama: “make love not war”. Y su lema pacifista: “flower power”.
Los hippies promovieron en Estados Unidos y en otros países protestas, a veces violentas, contra la guerra de Vietnam y contra todos los conflictos armados de esos días. Fueron adictos a las drogas, principalmente al ácido lisérgico (LSD) y a la marihuana. Su forma de vestir fue extravagante y astrosa —colores vivos, prendas de vestir fuera de moda, sandalias, pantalones viejos— y su cuidado personal dejaba mucho qué desear con su desaseo y sus largas y descuidadas cabelleras. La música sicodélica fue uno de los medios de expresar su inconformidad. Se formaron bandas de rock muy célebres, como Jefferson Airplane, The Grateful Dead, Quicksilver Messenger Service, Pink Floyd, Big Brother, Love, Country Joe and the Fish y muchas otras. El rock-and-roll se volvió muy popular por esos años entre la juventud del mundo. Surgieron cantantes como Joan Baez, Janis Joplin, Bob Dylan y Arlo Guthrie, que entonaron canciones de protesta contra la guerra, las normas y el gobierno. Pero fue sin duda el conjunto de los Beatles ingleses —integrado por cuatro jóvenes de Liverpool: John Winston Lennon, en la guitarra rítmica; Richard Starkey, mejor conocido con el nombre de Ringo Starr, en la batería; James Paul McCartney, como bajista; y George Harrison, en la guitarra solista— el más famoso. Revolucionó la música rock y pop. Los festivales musicales se extendieron por todas partes. Fue notable el organizado del 15 al 17 de agosto de 1969 en Woodstock que reunió en paz y armonía a medio millón de hippies durante tres días locos, en lo que fue el punto culminante del movimiento hippie.
Pero el movimiento duró pocos años. Representó una subcultura o hasta una contracultura, es decir, una cultura de signo negativo o la agresión a los valores de la cultura dominante. La subcultura es un sistema de ideas, costumbres, creencias y comportamientos discrepantes de la cultura oficial, sostenido por un grupo dentro de la sociedad. Los integrantes de una subcultura, en cuanto están enfrentados a los valores y comportamientos de la sociedad dominante, tienen entre sí lazos muy intensos. Las subculturas se caracterizan por la forma del lenguaje, de la indumentaria, de los valores y las costumbres y por su afán estridente de mantener y profundizar sus diferencias con la cultura oficial. Diferencias que son parte de la autoafirmación del grupo y del orgullo individual de sus miembros. Los hippies sustentaron en los años 60 una contracultura atrevida contra el <establishment y contra el belicismo, principalmente en Estados Unidos y en Europa. Su estilo anómalo pero lleno de colorido y originalidad se plasmó en la moda, en la música, en sus peculiares costumbres y en el consumo de drogas alucinógenas.
Los hippies tuvieron una visión hasta cierto punto utópica del mundo: soñaron en el advenimiento de una era de paz y de armonía sociales, en el derecho de cada persona a llevar la vida a su manera, en la liberación de los convencionalismos de la sociedad y en la superposición de los valores espirituales a la lujuria del consumismo. Todo esto envuelto en una corriente de pensamiento holístico, como solía decirse en ese tiempo utilizando el anglicismo tomado de holistic, con que se designa que una cosa es más que la suma de sus partes.
Muchos años después se supo que el cantante John Lennon (1940-1980), integrante del conjunto musical de los Beatles, había estado en la mira de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por sus actividades contestatarias. Uno de los documentos desclasificados por la CIA de sus archivos secretos en junio del 2007 se refería al joven músico británico, de quien decía que sustentaba el proyecto denominado Election Year Strategy Information Center (EYSIC), liderado por Rennie Davis, vinculado a las actividades contestatarias de la Nueva Izquierda norteamericana —New Left— de aquellos años.