Es un grupo de gente alzada en armas. La palabra tiene, por lo general, una connotación negativa. Se refiere a un grupo amotinado y violento, que irrespeta las leyes, comete desafueros y promueve actos de vandalismo. Por eso, cuando un gobierno pretende desprestigiar un movimiento armado de carácter revolucionario o rebelde lo califica como “facción” y a sus integrantes como “facciosos”.
La facción en realidad carece de miras ideológicas y propósitos patrióticos. En eso se diferencia de los grupos revolucionarios, que insurgen contra los sistemas socio-políticos, y de los movimientos rebeldes que se alzan contra los abusos o la corrupción de los gobernantes, que generalmente están animados de propósitos altruistas, aun cuando sus puntos de vista puedan ser equivocados.
La facción es un grupo amotinado y violento, sin brújula ni bandera, con designios desaforados, que a veces hace presencia en la vida política.