Pretender que alguien comulgue con las gigantescas ruedas de piedra de los antiguos molinos resulta tan absurdo, que su expresión ha servido para denotar el grosero intento de engañar a alguien con embustes de tal magnitud que nadie se los “traga”. La frase es, en realidad, poco imaginativa y nada tiene de sutil pero se la usa con frecuencia para señalar el engaño burdo a una persona.
Cuando alguien es groseramente engatusado, esto es, sin sutileza, sin habilidad, se dice que se pretende hacerle “comulgar con ruedas de molino”. La locución se originó seguramente en la imagen de la noria de los antiguos molinos europeos que se componían de dos grandes piezas de piedra: una rueda horizontal y una pieza vertical de forma cónica que se engranaba y giraba sobre aquella para moler las aceitunas, las uvas o los granos.
En algunos países latinoamericanos se dice “comulgar con ruedas de carreta” para señalar lo mismo. La idea, en cualquier caso, es poner en evidencia el absurdo de ciertas patrañas.