La palabra inglesa scout significa, cuando es verbo, “explorar” o “indagar” y, cuando es nombre sustantivo, “explorador” o “exploradora”, o sea la persona encargada de hacer una exploración o investigación de campo.
Los boy scouts y las girl scouts forman una organización juvenil internacional voluntaria, sin fines de lucro, no política ni gubernamental, denominada World Scout Foundation, dirigida a escala mundial por la World Conference, que reúne cada tres años a los líderes nacionales de la organización procedentes de todo el mundo, y por el World Committee, como órgano ejecutivo, cuyos miembros son elegidos por aquélla. El World Scout Bureau oficia como secretaría permanente de la organización mundial y tiene sus oficinas centrales en Ginebra y sus oficinas regionales en Bruselas, El Cairo, Manila, Nairobi, Dakar, Ciudad del Cabo, Santiago de Chile y Moscú. Los scouts de cada país o de un conjunto de países suelen juntarse en los denominados jamborees, que son las reuniones festivas nacionales o internacionales en las que ellos intercambian experiencias y planifican sus acciones y cometidos.
El movimiento scout se nutre de aportaciones económicas privadas y no tiene participación alguna en los presupuestos estatales.
El escultismo es una organización esencialmente juvenil que pone énfasis en las actividades al aire libre y promueve excursiones, caminatas y travesías por montañas, bosques, selvas, ríos, lagos y desiertos como método para inculcar a los niños y a los jóvenes el respeto a la naturaleza, la tolerancia, la igualdad, el compañerismo, la actividad física y la capacidad de renunciar comodidades y superar adversidades. Opera mediante tropas, patrullas y campamentos, dentro de una organización disciplinaria que se parece mucho a la militar, y sus instrumentos de trabajo son la mochila, la brújula, la cantimplora, la linterna, la navaja multiusos, la tienda de campaña y la funda para dormir.
Detrás de todo esto está una filosofía de vida que les enseña el servicio a los demás y una educación en valores para superar el egoísmo y compartir. Pero en el fondo del proceso educativo late la defensa de los principios, valores e intereses de la sociedad capitalista y, más concretamente, del “credo americano”. En el curso del adiestramiento scout los jóvenes reciben imperceptiblemente una orientación política acorde con tales fundamentos.
La organización scout responde a las edades de sus miembros: los niños de seis a ocho años se llaman castores y su lema es compartir. Los de ocho a once años son lo lobatos y su lema es: haremos lo mejor. Los que están entre los doce y quince años de edad son los scouts y tienen por lema siempre listos. Los escultas o pioneros están comprendidos entre los quince y diecisiete años y su lema es la unidad. Y los jóvenes de diecisiete a veintiún años son los rovers o explorers, que actúan bajo la consigna: servir.
La organización scout, en su disciplina y ordenamiento de jerarquías, tiene algo de militar.
Su uniforme clásico, inspirado en el de las tropas coloniales británicas de ultramar, comprende: sombrero de fieltro de ala ancha, camisa abierta con insignias cosidas, un pañuelo de colores anudado alrededor del cuello, pantalón corto y botas. Pero no hay una identidad mundial de uniformes. En muchos países se adoptan vestimentas distintas por la incorporación de prendas de vestir vernáculas. Talvez el único elemento común es el pañuelo anudado en el cuello.
La flor de lis, rodeada de una cuerda unida en sus cabos por un nudo, es su insignia mundial.
Desde sus inicios los scouts eran hombres y mujeres, pero tradicionalmente se han organizado y han actuado por separado.
El movimiento scout fue fundado en Inglaterra en 1907 por el general británico lord Robert Baden-Powell —considerado un héroe militar por su actuación en la guerra sudafricana contra los Dutch Boers en 1899— con el propósito de complementar la formación espiritual, física e intelectual de la juventud y ponerla al servicio solidario de la comunidad y el país.
El movimiento scout fue trasplantado de Inglaterra a Estados Unidos en 1909 por el millonario editor de Chicago, William Dickson Boyce, debido a un hecho casual y anécdótico que le ocurrió en Londres. Una tarde, mientras caminaba por las calles londinenses, quedó totalmente perdido en la oscuridad por una densa bruma que cubrió la ciudad. En esas circunstancias, fue ayudado a retornar a su hospedaje por un joven de doce años de edad que portaba una linterna. Cuando Boyce quiso gratificarlo con una propina, el muchacho la rechazó porque, dijo, era un boy scout y su obligación era prestar ayuda a quien la necesitara.
Así se interesó Boyce en el naciente movimiento scout inglés y lo llevó hacia Estados Unidos para cultivar entre la juventud el patriotismo, el coraje, la solidaridad, la autorrealización y las virtudes familiares, según los principios y métodos del escultismo inglés. El 8 de febrero de 1910 fundó la organización Boy Scouts of America en Estados Unidos bajo el lema: “haz una obra buena cada día” (do a good turn daily); y de allí se extendió a otros países.
Con el pasar del tiempo el movimiento scout norteamericano se convirtió en uno de los importantes factores para mantener, defender y fortalecer el “credo americano”, es decir, la cultura, los valores y la manera de ser del pueblo de Estados Unidos y evitar su contaminación con los elementos culturales traídos por la inmigración. Ese credo, según la expresión acuñada por el economista sueco Gunnar Myrdal en los años cuarenta del siglo pasado, está integrado por el conjunto de los valores de la cultura anglo-protestante: la lengua inglesa, el respeto a la ley, la convicción democrática, el gobierno sometido a la ley, el laissez faire económico, el individualismo, la ética del trabajo, la propiedad privada, el culto a la verdad, el respeto a lo ajeno, la responsabilidad de cada individuo por su éxito o fracaso, la libertad, la igualdad y las tradiciones legales británicas.
La organización trabaja bajo cualquier cultura e igual en los países desarrollados que en los subdesarrollados. En el año 2004 había veintiocho millones de scouts —de ambos sexos— en doscientos dieciséis países.
En el código scout se determina que la finalidad de la org anización es desarrollar liderazgos juveniles —enseñar a los jóvenes a liderar y ser liderados— e inculcarles el trabajo en grupo y solidario en beneficio de los demás, promover el contacto con la naturaleza y sembrar la paz y el buen entendimiento entre los seres humanos dentro y fuera de las fronteras nacionales. El lema de los scouts es estar “siempre listos” para servir a quien necesite ayuda.
El controvertido profesor Samuel P. Huntington, que tanto ha profundizado en el estudio de la sociedad norteamericana, afirma que la organización scout ha estado siempre “comprometida (entre otras cosas) con el fomento de la devoción a los Estados Unidos entre la juventud” y ha impulsado siempre la identidad nacional y el patriotismo a través de rituales y actividades cívicas.
Los valores y categorías del “credo americano” —que han tenido una sorprendente fuerza y estabilidad a lo largo del tiempo— forman parte de la ideología estadounidense. Y el escultismo ha sido un instrumento muy eficiente de formación de la juventud norteamericana y de la juventud de muchos otros países bajo esos valores.