Esta palabra, de reciente admisión en la lengua castellana, significa conjuración de varias personas para impedir el éxito de algo o para llevarlo al fracaso. Se usa con mucha frecuencia en la actividad política para señalar la conspiración destinada a impedir, mediante maniobras de diversa clase, que se cumplan las leyes o acciones del gobierno o que sus proyectos tengan éxito.
El término viene del nombre del capitán inglés Charles Cunningham Boycott, administrador de las tierras de Lord Earne en el condado de Mayo en Irlanda en 1880, quien por su conducta despótica y abusiva suscitó la reacción de la comunidad que decidió desacatar sus órdenes y abstenerse de entrar en relación personal o de negocios con él.
A partir de aquel acontecimiento se originó en el idioma inglés el sustantivo boycott y el verbo to boycott, que después pasaron al castellano como boicot y boicotear y al francés como boycotter, boycottage y boycotteur.
La práctica del boicot puede darse también en el campo internacional cuando un Estado suspende sus ventas o sus compras a otro para presionarlo económicamente. En el Derecho Internacional se considera al boicot como una represalia de un país contra otro. (<bloqueo, >embargo, >sabotaje)